martes, 11 de octubre de 2011

Matrioschka

Hay una plaza.
Y en la plaza hay un banco.
Y en el banco hay un viejo, con la mirada triste de absoluta melancolía.
Y en el viejo hay un niño, que corre las palomas, y reta al viento sin miedo al frío. 
Y se ríe, y juega sin cansarse. 
Y se siente dueño del mundo.


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