miércoles, 9 de diciembre de 2015

Mamá

Mi mamá es diferente a las demás mamás.
Por ejemplo, tiene la cabeza llena de pajaritos. Hay de todos los colores y tamaños: desde simples gorriones a sofisticados cardenales y entonados ruiseñores.
A veces ella te avisa: ojo que hoy estoy con los pajaritos volados. Es cuando anda de un humor raro.
Y es verdad, porque si la mirás bien, ves que entre sus cabellos se asoman un montón de ramitas vacías.
Por suerte los pájaros siempre le vuelven, y ella se pone contenta y normal otra vez.
Mamá tiene el pelo azul. Y no porque se tiña. Se le refleja el cielo y, a veces, cuando llueve con sol, hasta se le puede ver el arcoiris.
Ella no es como las modelos de las publicidades de bancos o de shoppings.
No le hace falta tomarse aviones ni comprar pasajes caros para llevarme a pasear.
Agarra un libro y me lo lee. Y enseguida su voz se transforma en una alfombra mágica que me lleva a visitar los lugares más maravillosos.
Y cuando termina el viaje, estamos de nuevo las dos en casa, y sonreímos felices.
Amo a mi mamá, aunque sea distinta, y aunque a veces se enoje o se canse de tanto trabajar.
Porque es divertida, me llena de mimos y besos, me enseña, me acompaña.
Pero por sobre todas las cosas, porque es mi mamá.


 Ilustración: "Pájaros en la cabeza", de Susana Rodríguez ( http://www.dibujoseninvierno.com/ )

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